Nuevas formas de trabajar en arquitectura

Como antaño, hacia una nueva generación de fábricas urbanas

Si los modelos tradicionales de trabajo de oficina están desapareciendo, los estudios de arquitectura van a contracorriente: lejos de abandonar los «viejos métodos», están recuperando e incluso ampliando las características del taller tradicional, dando paso a una nueva era de fabricación urbana.

Un destacado informe de McKinsey & Company, Independent Work (Trabajo independiente), identificaba una emergente «economía gig o basada en encargos de una duración determinada sin compromiso exclusivo con la parte contratante», señalando tres características de un nuevo entorno laboral: «un alto grado de autonomía; remuneración por tarea, encargo o ventas; y una relación a corto plazo entre trabajador y cliente».

Sin embargo, el trabajo arquitectónico requiere de una plantilla estable, con estudios permanentes de carácter familiar. Aunque tradicionalmente los arquitectos no han desarrollado sus tareas en despachos como los del personal administrativo, la digitalización de las herramientas de diseño —para bien o para mal— ha dado paso a una era de trabajo en oficinas.

Y, como muchas otras empresas, los estudios de arquitectura han tenido que adaptarse a los nuevos factores que afectan al diseño de las oficinas. Sin embargo, a pesar de la movilidad que ofrecen estas nuevas actitudes, las tecnologías digitales innovadoras y la mejora de las comunicaciones, existen dos motivos que vinculan más que nunca nuestra profesión a los lugares de trabajo fijos y a los entornos urbanos.

1. La naturaleza de nuestro trabajo

El reto para aquellos arquitectos que aspiran a ser nómadas digitales radica en la necesidad de gestionar detallados modelos de gran tamaño, dibujos técnicos complejos, maquetas de componentes a escala real, documentación de obra con gran cantidad de datos, archivos digitales de gran volumen, laboratorios de pruebas de productos, etc.

Workspace in the city, Dominique Perrault Architecture DPA office.

Oficina de Dominique Perrault Architecture DPA, rue Bouvier, París. Photo © Tiago Madeira

No es posible realizar estas tareas en una oficina en casa o en una cafetería: se necesitan espacios y equipos especializados. Al igual que los gabinetes médicos y dentales, los estudios de arquitectura deben tener fácil acceso a proveedores especializados, asesores clave y servicios de apoyo competentes. Requieren proximidad a los ingenieros de ventas de productos y a fabricantes especializados.

Asimismo, muchas empresas mantienen fuertes vínculos con universidades y algunos proyectos implican un trato frecuente con las autoridades gubernamentales. Es conveniente estar cerca de los clientes, públicos o privados. Y para atraer y retener a personal con talento, las empresas deben estar al alcance de sus empleados.

Solo las ciudades hacen posible todo esto.

2. La naturaleza de nuestra mano de obra

Como los empleados de las empresas radicadas en Silicon Valley exigían lugares de trabajo que reunieran elementos del hogar, gimnasio, sala de juegos, centro recreativo, cafetería y guardería, sus oficinas se dotaron de amplias zonas de recreo, espacios de colaboración informal, instalaciones para niños y mascotas, todo ello repleto de diversiones y tentempiés saludables.

Estas empresas basadas en datos también lideraron la adopción de políticas diseñadas para conciliar el trabajo con la vida personal. Aprovecharon una corriente legítima: personas que buscan una mayor calidad de vida tanto en el trabajo como en casa y más flexibilidad en las rutinas diarias. Diferentes variantes de estas características están presentes hoy en día en los lugares de trabajo de todo el país.

Dominique Perrault's office has the necessary infrastructure to carry out work effectively.

Oficina de Dominique Perrault Architecture DPA, rue Bouvier, París. Foto © Dominique Perrault Architecture DPA

Pero una encuesta privada que realicé hace tres años entre los empleados de la sede de San Francisco de un conocido gigante del software reveló que muchos anhelaban despachos privados con puertas que pudieran cerrar, espacios de trabajo que fueran sólo suyos y menos distracciones.

«No puedo jugar tantas partidas de ping-pong, comer tantos bocadillos o sumarme a tantas colaboraciones», declaró un joven. «A fin de cuentas, existe un proyecto exigente que debo terminar antes de una fecha límite. Para eso necesito un espacio tranquilo que sea mío, donde pueda dejar mis cosas sin que los demás las vean, las muevan, las pierdan o amontonen sus cosas encima».

Para algunos, el problema del «trabajo» radica simplemente en el esfuerzo de ir y volver. Cuando los empleados se resisten a ir a la oficina con regularidad o son reacios a un horario de nueve a cinco, pueden estar rebelándose a los desplazamientos. Los lugares de trabajo tienden a ser mejor valorados por los empleados si están cerca de casa o son de fácil acceso.

Durante al menos una década, muchas personas han disfrutado de una vida laboral en hot desks (espacios donde el empleado carece de un espacio fijo), lugares de coworking de corta duración, equipos flexibles y otras configuraciones «fluidas». Paralelamente, han descubierto que los lugares de trabajo convencionales no son tan agradables ni tan cómodos como el salón de tu casa o una cafetería de barrio con conexión Wi-Fi.

 

Dominique Perrault's architecture studio is an example of the ideal workspace for architects.

Oficina de Dominique Perrault Architecture DPA, rue Bouvier, París. Foto © Tiago Madeira

Las actitudes hacia el trabajo han cambiado y también lo han hecho los lugares de trabajo. Sin embargo, aunque ciertas «comodidades» de la oficina sean habituales hoy en día e incluso existan empleadores que dan cabida a una gama más amplia de necesidades especiales y apliquen políticas más liberales, lo que no ha cambiado es la necesidad de mantener un lugar fijo de trabajo.

Imperativos para el lugar de trabajo

Los estudios profesionales necesitan bases de operaciones permanentes: lugares para que los empleados utilicen equipos a medida y servicios básicos. También requerimos un alto consumo de electricidad, datos de alta velocidad, mayor seguridad, una climatización precisa y flexibilidad para gestionar cambios en el espacio físico de forma rápida y económica.

En la actualidad, los estudios de arquitectura afrontan exigencias similares a las de las industrias ligeras. Llevan a cabo operaciones y utilizan máquinas que necesitan espacios diáfanos, techos altos y acceso a grandes equipos. El apetito cada vez mayor de colaboración digital implica la necesidad de equipos audiovisuales de calidad profesional y sofisticadas plataformas de trabajo compartido.

Llegará un momento en que nuestros lugares de trabajo reflejarán la creciente concienciación por las cuestiones de salud medioambiental. Responderán mejor a las necesidades especiales, con más servicios y mayor flexibilidad. Pero seguiremos yendo a trabajar a sedes fijas, y lo haremos en ciudades.

Imagen principal: Renzo Piano Building Workshop, rue des Archives, Paris. Foto © Thomas Vonier